AMLO y el Yo soy 132 tienen que unificar criterios para salir a la calle entes del golpe final

Yo no sé si Televisa y demás medios, el PRI, los empresarios y el clero, logren imponer a Peña Nieto en la Presidencia; no se si la estrategia de López Obrador –quien ha entregado decenas de miles de pruebas del gigantesco fraude electoral- logre la invalidez de las elecciones; pero de lo que estoy seguro es que el movimiento social de repudio al PRI, al PAN, también el PRD, ha crecido y ahora nuestra tarea es consolidar esa fuerza. Más de la mitad de los electores del país no quiere a Peña Nieto y más de 15 millones de electores lo repudian. Pienso que el odio hacia los gobiernos del PRI y del PAN ha crecido y, de carambola, también está contra el comportamiento del PRD que crece aceleradamente con los vicios y corrupciones de sus antecesores. Por ello el Yo soy 132 por un lado, y López Obrador, por otro, tienen una enorme responsabilidad en el triunfo de esta lucha.


AMLO tiene mucho temor a las movilizaciones de masas y los bloqueos porque en 2006 fueron usados por los medios de información y por los empresarios para desprestigiarlo; además que con ellos no logró el recuento de los votos que en esos momentos eran indispensables para demostrar su triunfo.

 Pero hoy las movilizaciones se requieren mucho más porque la compra de votos es evidente y brutal y las autoridades electorales apenas quieren castigar al PRI con multas pero después de reconocer a Peña. Parece que los estudiantes del Yo soy 132, junto con la CNTE, los electricistas y los campesinos de Atenco, pueden tomar la vanguardia de las movilizaciones porque AMLO ha dicho que hay oportunidad hasta el 6 de septiembre y esa espera puede ser muy peligrosa. Pero una vez que el IFE reconozca a Peña será otra cosa: será ya inmovible y podrá planear la represión.

 Pienso que nos “estamos durmiendo en nuestros laureles” o haciendo actividades de entretenimiento. ¿O acaso López Obrador no llama a las protestas en las calles para que Televisa y los demás no sigan tratándolo mal y guardarse para su candidatura de los próximos seis años? Pienso que la honestidad y AMLO está fuera de duda, pero en política la decencia, la limpieza, la honradez, no son armas esenciales para derrotar a los malosos, a los corruptos y a los estrategas del capitalismo. Parece urgente establecer un campamento de coordinación de acciones en el Zócalo, tal como el que tienen los jóvenes del 132 en el Monumento a la Revolución. Es necesario que MORENA, los partidos y demás organizaciones comiencen con las tomas de carreteras, instituciones, bancos y avenidas-crucero claves. Sólo así nos escucharán.

¿O acaso estamos jugando a la política electorera que hemos vivido durante 100 años? El desempleo, la miseria, la inseguridad, la migración, la salud y la educación, son problemas reales que de continuar pueden acabar con el país; pero hay asuntos peores: que los pobres y miserables (Más del 60 por ciento del país) comiencen a morir por inanición o comiencen a suicidarse por no encontrar salida para ellos y sus familiares. Urge una buena salida y la única inmediata (aunque reformista) es que se invalide la elección, se realice una nueva sin compra de votos y se instale un gobierno absolutamente vigilado por las organizaciones independientes despueblo. Lo demás es sentarnos a esperar que pase lo que pase.

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